Las estaciones provinciales (Alfaguara). Pocos habrán leído esta novela en el momento de su publicación, en 1982. Más bien lo habrán hecho, lo hicimos, a rebufo de La fuente de la edad, algunos años posterior y la obra que dio a conocer a Luis Mateo Díez. Por eso la entendimos como lugar de paso para otro de mayor enjundia. O sea: una obra que valía por lo que anunciaba. Error irreversible, porque nadie puede volver a leer por vez primera una obra que ya leyó. Las estaciones provinciales es una novela plena que da curso a las palabras y a los silencios de un tiempo y una España inhóspitos. Claro que aquella España se revelaba, como en una humilde sinécdoque, en la ciudad de León. Y apostillo: una ciudad provincial (que es un adjetivo intrínseco), no provinciana (que lo es extrínseco), emblema de la provincia eterna en que se asentarían sus mejores fábulas.
De ‘Las estaciones provinciales’ a ‘El reino de Celama’, un repaso a las mejores novelas, cuentos y volúmenes recopilatorios del escritor leonésLeer más