Peret deslumbró al mundo con su Canta y sé feliz en Eurovisión en 1974 y Los Manolos clausuraron los Juegos Olímpicos de 1992 con Amigos para siempre. Dos canciones que catapultaron internacionalmente un género musical criado en España: la rumba catalana. Pasó de tocarse en bodas y fiestas gitanas en los años sesenta en Barcelona a proyectarse en todo el mundo. Ahora sus herederos reivindican el mismo reconocimiento internacional que tienen otros 19 fenómenos culturales españoles, como el flamenco, las Fallas de Valencia o el toque manual de campanas: ser patrimonio inmaterial de la Unesco.
El Ministerio de Cultura y la Plataforma para la Defensa de la Rumba Catalana chocan sobre el criterio para impulsar el género musical como patrimonio inmaterial de la UnescoLeer más