Hay películas cuya razón de ser no se revela hasta el instante final. Extraña forma de vida, el nuevo cortometraje de Pedro Almodóvar que se estrena la semana que viene en salas, es un canto al romanticismo más loco y crepuscular vestido de wéstern. Una historia de deseo entre dos vaqueros que pese a su latente erotismo solo es al final de sus veloces treinta minutos cuando se desboca toda su secreta emoción. Rodada en inglés, con Ethan Hawke y Pedro Pascal en la piel de dos viejos amantes que se reencuentran en su madurez, Extraña forma de vida ha pasado por la segunda jornada de Cannes dejando el sello de Almodóvar en un festival que le rinde auténtico culto: bajo una lluvia torrencial, decenas de admiradores del cineasta se agolpaban en los alrededores de la sala Debussy intentando pescar una entrada libre para la proyección y la posterior charla entre Ethan Hawke y el cineasta. El colapso fue tal que decenas de periodistas y acreditados con entrada se quedaron fuera ante la avalancha de público.
Cannes se rinde al cortometraje ‘Extraña forma de vida’, en el que el cineasta ajusta cuentas con el homoerotismo de los rituales y mitos del OesteLeer más