Ni Gran Hermano, ni Minority Report y, en lo posible, un mundo menos orwelliano de lo que ya es. El Parlamento Europeo ha dado este jueves un primer paso, que es en realidad un salto de gigante, para convertir a Europa en la primera región del mundo que regule las todavía muy desconocidas posibilidades, y riesgos, de la inteligencia artificial (IA) y de sus versiones más avanzadas, tanto las ya conocidas como las aún por desarrollar. Dos años después de que la Comisión presentara su propuesta de reglamento para la IA, los eurodiputados quieren que los modelos generativos, que en aquel momento no eran conocidos por el gran público y que son capaces de crear tanto imágenes (véase la famosa foto falsa del Papa vistiendo un llamativo abrigo de plumas blanco) como textos, especialmente el tan de moda y tan preocupante ChatGPT, estén obligados a cumplir medidas adicionales de transparencia, para dejar sobre todo claro que han sido creados mediante IA.
El Parlamento de la UE propone un texto legislativo que exigirá que se especifique qué contenidos son creados por IA y que prohíbe el uso de sistemas de identificación biométrica en espacios públicos para evitar un “gran hermano” estatal en el futuro