La luz de la mañana del inverno madrileño se fractura en prismas al atravesar los ventanales del pasaje de esculturas del Museo del Prado. Sobre un banco de madera, recogido de visitantes, se sienta Víctor Cageao, coordinador general de Conservación de la pinacoteca. Avanza que este año la institución dedicará una muestra a las copias. Seguro que veremos La Gioconda madrileña o, quizá, la versión que Rubens pintó de El descendimiento de Caravaggio. “Por ahora está en proceso, ya contaremos más”, comenta.
Dos siglos después de su inauguración, el museo madrileño es uno de los pocos que aún permiten que los artistas y aficionados aprendan a pintar al óleo cara a cara con los genios del arte antiguoLeer más