El 18 de agosto pasado se cumplieron ocho años de la decapitación de Jaled Assad, director del Museo de Palmira (Siria), por los terroristas del ISIS. Su pecado era haber escondido 400 antigüedades ―“ídolos”, según los yihadistas― para evitar su destrucción tras la toma de la milenaria ciudad. Ahora, el Museo Arqueológico Nacional español ha hecho público el informe Palmira 2011-2021. Diez años de destrucción en el Reino de Zenobia, de la arqueóloga Marta Arcos García, de la Secretaría General de Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y Deporte, donde da cuenta de los daños producidos en una de las más valiosas joyas de la arqueología mundial: el arrasamiento del templo de Bel ―volado con 30 toneladas de explosivos―, el de Baalshamin, el Castillo de Palmira, el Tetrápilo y 12 monumentales tumbas, además de daños casi irreparables en otros 12 edificios bimilenarios. El número total de bienes destruidos o desaparecidos se eleva a unos 800. Las labores de reconstrucción, de momento, no están dando los resultados deseados a causa de la covid, el minado de la zona, el almacenamiento de explosivos en el propio yacimiento y el continuo expolio a que someten la zona las milicias locales.
El Museo Arqueológico Nacional hace público un estudio interdisciplinar que da cuenta de la destrucción o robo de 800 bienes culturales por el Estado Islámico en SiriaLeer más