Hace medio siglo se programó el primer antivirus informático de la historia: Reaper (segadora), para hacer frente a Creeper (enredadera), el primer virus. Desde entonces, las amenazas han evolucionado a la par que la tecnología ha penetrado en nuestro día a día. Los antivirus han tratado de adaptarse a los desafíos que surgen, pero su nivel de complejidad hace necesario que los usuarios no puedan simplemente delegar en una herramienta de protección, sino que tienen que desempeñar un papel de forma activa y tomar medidas de precaución mientras utilizan sus dispositivos. “Mucha gente piensa que, por pagar por un antivirus, los va a proteger automáticamente, pero no tiene por qué ser el caso. No por invertir en ello van a estar protegidos”, plantea Josh Brunty, forense digital y profesor de la Universidad Marshall (Virginia Occidental, EE UU).
Los expertos advierten que los usuarios no deben delegar todo el peso de la seguridad en una herramienta de ese tipo, sino que tienen que defenderse de forma activa y entender las amenazas, que no hacen sino evolucionarLeer más