El escritor Santiago Gamboa, de 56 años, siguiendo una tradición literaria latinoamericana, vivió una época miserable en París. Ocurrió en 1990, cuando tenía 25. Había llegado con una mano delante y otra detrás, desde Madrid, dispuesto a inventarse una vida y a convertirse en novelista. Como eso no salía, trabajaba de profesor mal pagado de español y de lavaplatos peor pagado en un restaurante. En el bolsillo guardaba una última bala: el teléfono del también escritor peruano Julio Ramón Ribeyro, reconocido ya por entonces y residente asentado en París desde hacía mucho tiempo, adonde había llegado obedeciendo a la misma tradición. Gamboa decidió llamarle:
Fue estudiante en Madrid, lavaplatos en París, reportero en Sarajevo y cónsul en Nueva Delhi. Su última novela, ‘Colombian Psycho’, es una narración policiaca centrada en lo más oscuro de su paísLeer más