Año 1920. Mientras Europa intenta dejar atrás la I Guerra Mundial, España está encenagada en lo que el filósofo José Ortega y Gasset llama “la desarticulación del proyecto sugestivo de vida en común”. El bipartidismo, vigente desde la Restauración medio siglo atrás, es un sistema viciado en el que el rey Alfonso XIII interviene cada vez más; Marruecos, último remedo de colonia, causa descontento popular por una guerra a la que las familias no quieren enviar a sus hijos; hay crisis económica tras la bonanza comercial vivida por el conflicto europeo, tensiones regionales con los nacionalismos vasco y catalán, atentados anarquistas… En ese polvorín, el pensador madrileño decide publicar en el diario El Sol una serie de artículos en los que diagnostica estos y otros males del país.
«Las minorías egregias»
Una cuestión fundamental que aborda España invertebrada es que el país adolecía de “una ausencia de minorías egregias”, de notables que quisiesen tomar el mando. Ortega lamenta que el protagonismo en la historia nacional lo haya tenido en demasiadas ocasiones “el pueblo”. “Y lo que no ha hecho el pueblo se ha quedado sin hacer”, añade. “Ortega sentía que pertenecía a una minoría selecta de intelectuales que debía dirigir a las masas. Sin embargo, se desilusionó al darse cuenta de que las masas no se dejaban guiar por nada que no fuera lo que hacía la mayoría”, apunta Victoria Camps. En definitiva, estamos ante un catedrático de Metafísica “que tiene una proyección como intelectual en el ámbito público, en la política, un liberal que cree en el sistema parlamentario”, agrega Jaime de Salas.
Cumple un siglo ‘España invertebrada’, de José Ortega y Gasset, un título clásico del pensamiento español del siglo XX del que historiadores y filósofos subrayan que mantiene su vigenciaLeer más